jueves, 9 de diciembre de 2010

PSICOECONOMÍA: Tiempo de medidas paradójicas



Hace un tiempo que el concepto de Psicoeconomía ronda mi cabeza. Quien mas y quien menos ha aprendido mucho en los últimos años de tipos de interés, índices bursátiles, IBEX-35 y demás parafernalia inventada para lograr lo de siempre, que unos pocos se enriquezcan con el sudor y el sufrimiento de todos los demás. Esto no es una clase de Economía. Tampoco es una clase de Psicología. Tan sólo expondré la única solución posible (a mi modesto juicio) para la actual situación de crisis: las medidas paradójicas.


No descubro América con esto. La idea es simple: en los tiempos que corren, en que tenemos 3 veces más parados de lo que reclama el equilibrio, que cierran miles de pequeñas y medianas empresas (y algunas grandes), que van a la calle cientos de miles de españolitos de a pié,... la única solución parece ser salvaguardar ante todo ese gráfico de beneficios, esos porcentajes que hay que presentar al jefe en formato power point y puntero láser, esa línea roja que baja en tal semana, tal mes, tal año,... y que hay que hacer remontar como sea.

Si ya no tengo tal porcentaje de beneficios, puedo tomar medidas erróneas:

-despido empleados (que los que se queden trabajen más por el mismo dinero, o por menos, porque ya no hay comisiones, ni horas extras pagadas ni dias libres debidos), lo que trae consigo un descenso de la producción hasta límites insospechados, desmotivación, trifulcas cada vez mas habituales entre compañeros, estrés, ansiedad, depresión, bajas laborales y muchos "hoy no voy a poder ir, me he levantado malísimo, he estado toda la noche vomitando".

-subo el precio de mis productos (por la misma cantidad y calidad de producto), lo que lleva a que el consumidor busque opciones más económicas o directamnte considere que no necesita tanto ese producto.

-cierro fábricas, sucursales y puntos de venta que no me funcionan o me funcionan menos que otros, dejando en la calle a esas personas que me han ayudado a enriquecerme y me han salvado el culo en tantas otras ocasiones por cuatro duros, con unos conocimientos técnicos y prácticos inmejorables para desarrollar esos puestos de trabajo, y a los que tanto me ha costado formar. Encima hacen camisetas con eslóganes y se plantan en la puerta de las sucursales que sí están abiertas con cacerolas y silvatos, a gritar mi nombre y el de mi empresa, haciéndome una publicidad inmejorable.


Estas son las medidas que habitualmente se vienen tomando a causa del tremendo crack de la economía occidental de los últimos tres años. Son las medidas que podrían entenderse como normales o naturales, para poder mantener el mismo nivel de beneficios, e intentar sobrevivir como empresa. Está claro que son medidas conservadoras y cobardes, y a la vista están sus desastrosos resultados obtenidos.

No obstante, (y repito que no descubro América), yo contemplo otra serie de medidas que, por estrambóticas y aparentemente absurdas, no les queda otra opción que funcionar. A mi juicio, estos son tiempos de valientes, y las medidas conservadoras ya tuvieron su oportunidad. Es tiempo de medidas paradójicas.


Si ya no tengo tal porcentaje de beneficios:

-aumento mi plantilla, les doy mejor formación y preparación, conformo un grupo sólido y motivado que me responda y dé la cara en cualquier situación, consiguiendo un mejor producto y una excelente atención al consumidor. Por ejemplo: grandes superficies, supermercados, grandes almacenes, y mediano y pequeño comercio, en general. De nada sirven cuatro empleados desmotivados, quemados y cabreados el uno con el otro, para doscientos clientes. Siete empleados, motivados por comisión de venta y porque el empleador lucha por ellos y por sus intereses (y no sólo por los propios), con posibilidad de promoción y formando una piña, unidos como grupo.

-bajo el precio de mis productos, de manera consistente y sólida, sin engaños ni letra pequeña. Por ejemplo, si tengo un cine, y veo que desde hace años la gente viene cada vez menos y no es habitual ver más de séis personas en cada sala, en lugar de poner la entrada a siete euros y las palomitas a ocho, bajo la entrada a dos euros y las palomitas a tres. Ayudadme a ver si me salen las cuentas: séis personas en la sala, pagando cada una siete euros,... O la sala LLENA pagando dos euros por persona,... a ver a ver, que haga mis cuentas,...

-expando y abro nuevos horizontes empresariales mientras pueda, en lugar de esconderme en mi caparazón como un molusco y cerrar cuando ya no quede ni para café. El error es querer aferrarse al modelo que me dió el éxito en años anteriores. Vive el presente, muévete, innova y arriésgate. Por ejemplo: tengo un videoclub y tienda de discos. Pero con esto de internet ya nadie gasta un duro ni en discos ni en películas. Hago obra en mi tienda, dedico un tercio del espacio a los dvd, otro tercio a los discos, y el otro tercio de la tienda a videojuegos y accesorios (ni que decir tiene que actualmente en el mundo ni música ni cine se atreven siquiera a hacer sombra a los videojuegos).

La idea es simple, y espero no pecar de demagogo barato y optimista recalcitrante. Simplemente creo que es la hora de los valientes, de nuevas ideas y nuevos valores, ya que los viejos únicamente han logrado aplastar a una sociedad adormecida, convertida en superviviente por culpa del abuso y el despilfarro de unos pocos, que a día de hoy, siguen siendo los únicos que siguen ganando. Pero nosotros ya estamos cansados de perder. De perder y de esperar. Sólo nosotros tenemos en nuestras manos la solución a este auténtico desastre económico, político y sobretodo social. Es tiempo de medidas paradójicas. Es hora de levantar la cabeza.

"y lo hicimos porque no sabíamos que era imposible"

2 comentarios:

  1. La crisis, por increíble que parezca, le ha venido bien a muchas empresas, que con las nuevas medidas adoptadas, se sienten mucho mas poderosas de lo que lo eran antes y tienen la sartén cogida por el mango.

    De todas formas no habría que echarle la culpa tanto a la empresas (que ellas hacen hasta donde se les deja) como al Gobierno, que ha tirado por el camino fácil con unas medidas que ademas de impopulares, veremos a ver si dan resultado.

    Si el Gobierno (tanto el actual como los anteriores) se hubieran preocupado por fortalecer y diversificar la economía española, la crisis en nuestro país se hubiera notado menos.

    Yo no se si las medidas que propones son paradójicas, razonables o una completa locura; lo que esta claro es que con el abaratamiento del despido, los contratos basuras y la contratación de mano de obra poco cualificada, las empresas seguirán ejerciendo su dictadura y seguirán haciendo todo lo que han hecho hasta ahora, que a fin de cuentas es lo que le sale mas barato.

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  2. Ojalá todo el mundo pensara así, de todas formas, Pablo, no estamos inmersos en una terrible crisis de ideas. Todo eso que cuentas suena genial pero es incompatible con la falta de líquido a la que se enfrentan hoy por hoy muchas empresas o tienen la previsión de encontrarse en caso de que, en lugar de reducir las inversiones, las aumenten.

    Es bonito, pero inasumible. Los empresarios no tienen cuernos. En estso momentos solo intentan salvar su medio de vida. A veces, a costa de los trabajos de los demás. Pero para evitar eso hacen falta cambios a un mayor nivel que, lamentablemente, el modelo socioeconómico actual no permiten.

    Para DPodadera. Ya he dicho antes que los empresarios no tienen cuernos, pero los bancos y las grandes multinacionales sí. Son los responsables absolutos de la situación actual. Las medidas del gobierno serán probablemente inefectivas, pero lo que desde luego no me parece que hayan sido es fáciles de tomar. Me han parecido un suicidio en toda regla. Caer en contradicción con el discurso propio desmontando los argumentos de tus propios militantes y haciendo lo contrario de lo que dijiste a tus votantes no me parece en absoluto el camino fácil. Supongo que alguna ventaja verían en tomar ese camino. Aun así, sigo pensando que a quienes hay que culpar es a los Lehman Brothers y compañía y hacer caso a Cantoná y sacar todos nuestros ahorros (quienes los tengan) de los bancos. Así se penaliza al culpable.

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