lunes, 1 de noviembre de 2010
El tranquileo; la mayor mentira de la historia de la humanidad
El otro día llegué de jugar al basket con mi primo. A pesar de mi calidad y de haberlo dado todo nos habían pegado una paliza de órdago y estábamos físicamente reventados. De todas formas ya teníamos planificada lo que nos quedaba de noche: duchita rápida, vemos los Aurones por Canal Málaga, lasagna de microondas y vemos "Los Goonies" (que me la compré el día anterior en DVD) hasta que el sueño fuese ejerciendo su trabajo. El caso es que en medio de la cena mi primo sugirió: "y si salimos de tranquileo?".
El tranquileo supestamente consiste en salir a algún sitio tranquilito, sentarte, tomarte una cerveza fresquita o un buen vinito dulce, charlar y echarte unas risas distendidamente mientras escuchas de fondo buena música, y cuando lleves unas pocas para casa.
Pero nos han tenido engañados toda la vida. Señores el tranquileo NO EXISTE; es una farsa, una leyenda urbana, como la chica de la curva o la ausencia de gatos en los alrededores de los McDonalds.
Finalmente decidimos salir "de tranquileo". Con la primera botella de vino yo ya le había guiñado el ojo accidentalmente a las chicas de la mesa de al lado; y cuando llevábamos dos le compramos a una china algo parecido al sable de luz que usaba Luke Skywalker pero que se nos quedó sin pilas pasados unos treinta minutos.
No contentos con eso, cuando salimos del garito, en vez de dar la noche por zanjada e irnos a nuestras casas, decidimos hacer la ronda por la zona de bares. Allí nos abordó una relaciones públicas que, cual sirena, nos embelesó con su belleza y sus ofertas de hasta el cincuenta por ciento.
La noche, en contra de su plan original, acababa de empezar. Justo en el garito en el que entramos me encontré con un par de compañeros del instituto. Por mucho que tu tengas prisa te lían, te acaban liando. Empezamos a recordar los viejos tiempos para acabar intentando solucionar los problemas del mundo. Es lo que tiene el garrafón.
Una vez bastante a gustito decidimos poner rumbo a uno de esos sitios vox populi donde los decibelios de la música imposibilitan la conversación fluida y lo único que te queda por hacer es echarle el ojo a alguna presa cual buitre leonado. Son momentos de ridiculez vertical hasta que vas perdiendo la dignidad con el paso de las horas. Pero el caso es que cuando acabas saliendo del local te das cuenta que los pajarillos están cantando mientras el sol casi te ciega.
Llegas a casa y aceptas que de ver los Aurones en mi sofá has acabado dejándote un buen puñado de euros en la noche malagueña. Ese es el tranquileo señores.
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Ay, que montón de verdades... ¿pero donde no había gatos no era cerca de los restaurantes chinos y las ratas cerca de los mcdonalds?
ResponderEliminar¿Como se guiña accidentalmente? ¿Metiéndose una mota de polvo en el ojo?
me atrevo a decir que las mejores juergas de mi vida han partido de una supuesta noche de trankileo.
ResponderEliminarbasicamente, me imagino, porque no esperas nada bueno de la noche, asi que todo lo que ocurra es para mejor. por el contrario, cuando te pasas semanas preparando una juerga, te da el sueño a las 2 horas y es una de esas noches en que las chicas no te miran.
pero no, en la noche de tranquileo sí te miran. te miran y te entran. te miran, te entran y te las comes, o premio de consolación: móvil y messenger.
no se sabe por qué, pero las noches de trankileo tienes todo lo que necesitas para sentir que estás aprovechando el tiempo. por lo general suelen ser días entre semana, con las copas a mitad de precio y un montón de erasmus ávidas de chorizo ibérico. siempre hay alquien que curra al día siguiente pero que decide no marcharse. ¿qué tendrá el trankileo, que a todos atrae y a nadie ahuyenta?
waaaaaaaaajaja I love las noches de tranquileo!!!! jaja y si!!! son las mejores porque al igual que pasa siempre (y no solo con las noches de juerga Vs tranquileo)... cuando menos esperas que te ocurra algo, cuantas menos expectativas haya...ocurre!!!!
ResponderEliminarQué gran verdad...
ResponderEliminarEste viernes tengo una mega-hiper-super-juerga preparada desde hace tres meses con un colega que viene de Londres... ya verás como al final es una mierda.