9 de Noviembre de 2010: El día en el que volví a nacer

La verdad que cuando creamos entre mis dos buenos amigos Pablo y Daniel este blog, una sección por la que apostaban fuertemente ellos era la de Me Ha Pasado, en la cual iban a contar ciertas vivencias que habían tenido a lo largo de su vida. Yo la verdad soy bastante pesimista y creo que mi vida a veces ha sido bastante anodina y por ello mi participación en dicha sección iba a ser mínima, por no decir ninguna... hasta que llegamos al 9 de Noviembre de 2010.

14:45h Salgo de mi trabajo dirigiéndome a casa, cuando en la curva de salida del mercamalaga el pavimento se encuentra en mal estado debido a las primeras lloviznas que teníamos, se había soltado toda la grasa del asfalto, aparte de la cantidad de camiones que transitan por esa carretera a diario dejando muchos residuos.

En definitiva, el coche patina de las ruedas traseras viendo que pierdo el control y me dirijo inexorablemente contra la mediana de cemento, intento contravolantear para enderezar de nuevo el vehículo, pero a pesar de que mi velocidad no era mucha (debo de reconocer que otros días adelantando camiones podía ir a el doble de velocidad) no pude evitar irme contra la mediana, aunque solamente de forma oblicua, provocando un efecto trampolín y el correspondiente resultado que podéis observar en las imágenes con las que acompaño.

¡No os preocupéis, estoy de puta madre! Solo me he dado contra el techo del coche (en este caso el suelo), llevaba el cinturón y tampoco me he movido mucho, además de que la velocidad no era muy alta, he salido por mi propio pie una vez que me orienté y encontré el broche del cinturón. Aunque ya en esos pocos segundos tenia junto a mi un transportista que salia de la central de Eroski para abrirme la puerta del copiloto y poder salir por ella, ya que la mía se encontraba bloqueada y el mismo me quitó el contacto del coche para evitar mayores peligros (algo muy importante en lo que no caí).

Ya lógicamente se acerco gente de la plataforma de El Corte Ingles (a los cuales les indique de ayudarme a  apartar el coche pues cortaba totalmente la salida del Mercamalaga) que están muy cercanos al lugar del incidente y entre ellos, una señora muy especial, la cual existe en todos lugares donde haya algún acontecimiento para quejarse de algo, en este caso del mal estado de la carretera y dando consejos para denunciar lo ocurrido a la policía, todo ello con un acento andaluz muy marcado: Niño! Zi ez que no hay derecho, ezta fatá er mercamalaga, denunzialo a la poli, io!

A todo esto ya llegó un empleado de seguridad el cual muy amablemente se encargo de dirigir el trafico así como de avisar a la policía mientras yo conseguía hablar con mi hermano y mi padre para saber en que taller trabaja el primero de ellos, para indicarle a la grúa donde llevar el coche.

Luego llegó apareció mi compañera de trabajo Mariluz, responsable de RRHH, la cual al ver mi coche así, se bajo inmediatamente, muy nerviosa y blanquísima (y eso que vino hace nada de las Canarias muy morenita), pues solo había visto el coche y no se fijo que yo estaba al lado de pie (y eso que grande soy!). También llego Miguel Ángel, otro compañero, que estuvo allí echando una mano en todo lo posible y acompañándome hasta que llego mi padre.

Lo demás tiene poco que contar, el gruista tardo lo suyo para conseguir poner el vehículo en su posición mas habitual, la policía hizo su trabajo, aunque mención especial uno de ellos que se encargaba de decirme que había hecho mal, pues según él giré el volante hacia la mediana en lugar del lado contrario, vamos, que parecía haber tenido el accidente junto a mi y sabia mejor que yo lo que había hecho.



Y luego la visita a la mutua, que como buena mutua que se precie, mira para sus intereses y no el del accidentado, haciendo las pruebas mínimas para asegurarse que yo estuviera bien, dichas pruebas han sido una comprobación de las vertebras mediante una inspección manual y un par de radiografías. Para mi, le ha faltado alguna prueba para comprobar no tener ningún daño cerebral, pero bueno yo estoy perfectamente, salvo por una pequeña contractura en el trapecio, es decir, como si tuvieras tortícolis de haber dormido en una mala postura, es lo mínimo después de haber comprobado con la cabeza lo duro que esta el suelo.

Ah, y eso no es todo, mi seguro se tiene que encargar de contactar con la gerencia de Mercamalaga, ya que dicha mediana es de ellos, y mi seguro debe arreglarla.

Pobre Clio, ha sido siniestro total, como en las buenas películas, no era su ultimo día para jubilarse, pero en unos tres meses iba a cambiarlo por uno nuevo, así que llega el momento de hacer cuentas, mirar coches, presupuestos, intereses,...

No me quiero despedir sin antes darle un minuto de silencio al coche, Clio, estés donde estés, descansa en paz.




PD: Pulsa sobre las imágenes para ver en un tamaño mayor.