sábado, 8 de enero de 2011

Último superviviente

Varias son las veces que me he jactado de ser un hombre hecho y derecho, de haber labrado mi independencia, de ser una persona capaz preparada para esta vertiginosa vida moderna.

Falso, mentira, fraude. Solo sé que no sé nada. Mis conocimientos se reducen a lo que aprendí en la escuela y a mi experiencia en todos mis años de trabajo. Pero de las cosas realmente fundamentales, de lo que de VERDAD es importante soy un vulgar Paco Martínez Soria llegado del pueblo en el centro de Madrid, con las dos maletas, en mitad de un paso de peatones, mirando a todos lados sin saber que hacer mientras todos los conductores me pegan bocinazos.

¿Que es lo que de VERDAD importa? Es lo que se preguntarán ustedes ávidos de saber si son tan lerdos como yo. Por partes:

Tareas domésticas: Nunca me he considerado un gran amo de casa pero la verdad es que sé lo básico para poder llevar una casa sin que salga ardiendo.
  • Sé poner una lavadora.
  • Doy el pego con la plancha.
  • Estoy en un nivel intermedio de cocina. Puedo freír y cocer cualquier cosa e incluso me aventuro en platos de nivel medio. Nunca he hecho una paella, hacer guisos ni me lo planteo y ni tan siquiera llegue a aprender la técnica de Kaito para la tortilla de patatas.
  • No sé coser, hilar, remendar... y todo ello me convendría mucho puesto que siempre se me descosen los pantalones por la parte de la entrepierna, supongo que por la gran presión que mi cuerpo ejerce en esa zona.

Bricolaje: mi mayor mérito en este terreno es haber montado una mesa y varias sillas del IKEA.
  • En carpintería me muevo con lo básico y me cuesta horrores.
  • En electricidad cambio bombillas. Eso de pelar y enlazar cables no sé muy bien hacerlo y además me da cierto respeto (es como jugar en el Bernabeu).
  • En fontanería como mucho puedo usar el desatascador.
  • No me sé el nombre de la mitad de mis herramientas.
  • Nunca he pintado la casa. Bueno de pequeño si, con Rotuladores Carioca, aunque eso no cuenta.

Supervivencia en general: Siempre envidié a nuestros abuelos en este sentido. Quizás ya va siendo hora de otra posguerra para ponernos las pilas.
  • No sé pescar.
  • No sé cazar (aunque esto, siendo un urbanita, creo que se me perdona).
  • No me sé el nombre de la mayoría de árboles y pájaros.
  • Por supuesto no sé distinguir entre setas, bayas o frutos venenosos o dañinos.
  • No sé usar brújula ni me se las Constelaciones. No se ni por donde sale el Sol ni por donde se pone.
En fin, después de tales sarta de torpezas no me queda mas remedio que empezar a aprender, porque ni tan siquiera tengo los típicos amigos mecánicos, fontaneros o abogados que tiene todo el mundo para que le solucionen la papeleta; y además cualquiera sabe cuando puede haber un colapso nuclear que resetée el planeta. La vida, como dijo el sabio, es un aprendizaje constante.

4 comentarios:

  1. Si das el pego con la plancha pásate por mi casa que te necesito...

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  2. jugar en el bernabéu ya no da respeto

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  3. Si vas buscando novia formal, no parece muy bueno tu curriculum...

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  4. No quiero novia; quiero una asistenta con nociones de fontanería.

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