Salir de juerga a los 20 y a los 30

El tiempo pasa. No lo vamos a negar, a estas alturas. Hace nada éramos unos niñatos que se creían dueños del mundo, y veíamos los 30 como algo lejano, y cosa de viejos,... Ahora pensamos que con 35 se sigue siendo joven, es el alivio que nos queda,... Pero tenemos que reconocer que hay cosas que cambian, lo queramos o no, para bien o para mal, con el paso de los años. En concreto, mi reflexión de hoy gira en torno a las diferencias entre salir de juerga con 20 años, y salir con 30. No sé si estaréis deacuerdo conmigo,...

Con 20 esperabas un buen rato en la parada del autobus al "Nocturno" o "Búho", tanto para ir como para venir, en verano y en invierno, bajo la lluvia o la luz de la Luna. Con 30 vas y vienes en taxi, ¡qué cojones! que aquí hay nivel.

Con 20 tu grupo de amigos para salir era tan extenso que pensabas que era imposible quedarte solo. Había amigos, había amigas, rolletes, ex-rolletes, amigos de amigos, amigas de amigas que van a mear y hay que esperarlas, primas de amigas de amigas que ni siquiera conoces pero hay que esperarlas,... Con 30, por lo general sales con un colega o con dos, como mucho. Sí, amigos, yo también me hago la gran pregunta: ¿dónde están los demás? Y, si a todos les pasa lo mismo, es decir, si todos los grupos de amigos se van haciendo más y más pequeños, el número total de grupos crece exponencialmente. O sea, que existen en mi ciudad 100 grupos de gente de veinte años, y 5000 de gente de treinta, ¿no? Un sinsentido en sí.

Con 20 hacías botellón en la plaza de tu ciudad, con un grupo numerosísimo de gente. Los más ilusos pensábamos que el botellón había existido siempre, pero no, por lo visto se trataba de un fenómeno reciente. El siglo XXI nos trajo la caída de las Torres Gemelas, la crisis más devastadora de la Historia y la prohibición del botellón,... Total, un desastre todo, ahí tienes a gente de 30 haciendo botellón en la casa. Tristísimo.

Con 20 salías y te lo pasabas bien. Con 30 siempre que sales acabas diciendo: ya no salgo más hasta que macuerde.

Con 20 todo el sábado giraba en torno a la juerga del sábado. Con 30, todo el domingo gira en torno a la juerga del sábado.

Con 20, buscábamos novia. Con 30, tu novia te busca.

Con 20, acababas la juerga desayunando a las 9 de la mañana. Con 30, acabas la juerga desayunando a las 4 de la mañana.

Con 20 ibas a una discoteca y el portero te decía: "Buenas noches caballero, ¿me enseña su DNI?". Con 30 vas a una discoteca y el portero te dice: "Buenas noches caballero".

Con 20 veías en la discoteca a gente de 40 años y pensabas: "Puf, vaya panda de perdedores,...". Con 30 los ves y dices: "Guau, cómo se lo montan, tío".

A los 30 el presupuesto total para la noche asciende a lo que te dé la gana y 20 euros más (no sé por qué). A los 20 tenías 300 pesetas para todo el fin de semana y con el botellón sin pagar.

A los 30 tenemos teléfonos móviles que permiten, en un momento dao, localizar al tontopolla de turno que se pierde al ir a mear. Con 20, el que se perdía era baja segura, y se caía de la convocatoria hasta la siguiente jornada.

En fin, amigos, tendréis que admitirme que, al fin y al cabo, no está tan mal esto de cumplir años,... ¿O sí? Esperamos ansiosos vuestros recuerdos melándolicos de treintañeros.