El partido más épico de todos los tiempos

Era la pretemporada del 2008. El F.C. Barcelona viajaba a Japón para iniciar una gira asiática que Laporta había concertado en una maniobra clara para hacer caja. Aun así, el equipo del debutante Pep Guardiola, el equipo que esa misma temporada pasaría a la historia del fútbol por lograr seis títulos, viajaba al lejano oriente dispuesto a utilizar todo su arsenal.

Su primer compromiso, y el más difícil de todos, les esperaba en el Estadio Municipal del Yokohama Marinos. El Barça se medía a un compuesto de viejas glorias de la Selección Japonesa. Hasta aquí parece que no hay nada complicado, uno de los equipos mas caros y laureados del viejo continente se enfrentaba a lo que parecía una reunión de antiguos amigos; pero, ¿que me dicen si les digo que lo que les deparaba era enfrentarse a la Selección Japonesa más exitosa de todos los tiempos?, ¿que me dicen si les digo que el Barça esa noche se enfrentó a los mismísimos Oliver Attom y Benji Price? De lo que paso esa noche apenas queda ya documento escrito; pero Pa los 30, en una ardua labor de investigación, les trae en exclusiva y por primera vez a España el análisis de aquél partido; el partido más épico de todos los tiempos:

El estadio presentaba un lleno hasta la bandera; el ambiente era ensordecedor, 30.000 bubucelas habían sido importadas directamente desde Sudáfrica con motivo de este encuentro. Los blaugranas saltaron al campo algo compungidos y asombrados del fabuloso ambiente que se respiraba en el estadio nipón, algo que no se esperaban.

El Barcelona salta al terreno de juego con la alineación que a la postre se convertiría en sinónimo de éxito: con Victor Valdés bajo palos, una linea defensiva compuesta por Abidal, Piqué, Puyol y Dani Alves; el centro del campo con Xavi, Touré Yaya e Iniesta; y arriba toda la pólvora con Henry, Eto'o y Leo Messi.

Por su parte el combinado japones también saltaba con su once de lujo, el que le hizo famoso en el mundo entero: con Benjamin Price en la portería, Clifford Yuma y Bruce Arper de centrales, los gemelos Derrick por las bandas, un centro del campo muy potente con Julian Ross, Phillip Callahan, Dani Mellow y Tom Baker; y en punta de ataque las dos joyas de la corona, Mark Lenders y Oliver Attom.

Los jugadores de la selección japonesa hacía mucho que no se reunían, concretamente desde su vigesimo quinta reposición en las mañanas de Antena 3, pero aun conservaban todo su fútbol y toda su magia intactos, no en vano eran dibujos animados. Además de todo ello se había conjurado, especialmente Lenders y Attom, para olvidar todas las rencillas del pasado que se habían producido tras años de enfrentamiento y poder vencer al Barcelona.

El partido está a punto de comenzar, ya se ha producido el sorteo de campos, pero, ¡un momento!, ¿que pasa?, Benjamin Price se retuerce de dolor al lado de su portería mientras los servicios médicos corren a socorrerle. Parece que ha vuelto a recaer de su vieja lesión de tobillo justo cuando mascaba chicle. Una verdadera lastima, nos informan que Benji se perderá el partido y en su lugar salta al terreno de juego Ed Warner.

Ahora sí, suena el silbato y el balón echa a rodar. La primera posesión es para el F.C. Barcelona, que intenta dominar el juego con Iniesta y Xavi, a sabiendas que el centro del campo rival es más ofensivo que destructor. Guardiola, que viste un elegante traje de Armani, da instrucciones a sus jugadores para que se dejen caer por las bandas. En una jugada el balón cae en poder de Julian Ross, que levanta la vista y ve solo a Lenders, y con esa increíble bota de seda que tiene logra centrar hasta el mismo centro del área chica. Lenders y Valdes saltan y tropiezan bruscamente en el aire, cayendo los dos al suelo. El arbitro decreta falta al portero pero los dos jugadores, dos auténticos temperamentos, se encaran ante el abucheo del público. El enfrentamiento entre los dos cracks esta servido.

En la siguiente jugada es el propio Lenders, que todo encorajinado, se encarga de robar el balón y desde la frontal del área efectúa su potentísimo Tiro del Tigre. Valdes ni la roza y menos mal, porque el balón rompe la red y dos muros de carga haciendo que se desplome todo el fondo sur con sus diez mil espectadores. 1 – 0 y pintan bastos para el Barcelona.

A pesar del resultado adverso el Barça logra hacerse de nuevo con el control del encuentro. En una jugada aparentemente intrascendente Dani Alves se tiende bocarriba sobre el césped y Leo Messi, impulsandose sobre las piernas de Alves logra elevarse 6 metros por el aire y marca gol de cabeza . Increíble, solo dos pillos como Alves y Messi podrían robarle con éxito la Catapulta Infernal a los hermanos Derrick en su propio feudo.1 – 1 y el encuentro vuelve a estar igualado.

El gol pilla por sorpresa a los locales y el equipo visitante empieza a apabullar con su juego. En otra jugada Messi coge el balón en el centro del campo y va sorteando a todos los jugadores que salen a su paso hasta plantarse delante del portero a quien también logra driblar y marca el gol de su vida emulando su ídolo Maradona (menos mal que su ídolo no era Mr.T).

El encuentro se pone cuesta arriba para los japoneses y todos saben que de esta situación solo pueden salir con la ayuda de un hombre: Oliver Attom. El guardameta saca en corto para Oli, que empieza a correr y consigue driblar a las diez jugadores de campo visitantes, a los dos asistentes y al arbitro. Esto no le supone mucho esfuerzo ya que el campo se ha adaptado a la normativa FIFA midiendo solo 90 metros de largo, no los tres kilómetros y medio que vienen siendo habituales en Japón. Tras esta jugada tan elaborada logra situarse en las inmediaciones del área y realizar su patentado Tiro del Águila, único disparo con una efectividad del 105%, logrando así subir el empate al marcador. 2 – 2 y las espadas en todo lo alto.

Al borde del descanso se produce una falta peligrosa en contra de Japón. Xavi es el encargado de ejecutarla. Tras un brillante chut el esférico pasa la barrera y hace un efecto en el aire engañando al portero. Cuando ya se canta el gol Edd Warner hace una pirueta en el aire y apoyándose en el palo izquierdo se impulsa hacia el lado derecho atajando el balón. Warner salva a su equipo y la primera parte finaliza con empate en el marcador.

Como la cosa no estaba nada clara, Guardiola decide poner a sus jugadores un vídeo-montaje que él mismo ha preparado. El video es de una función escolar de su sobrina amenizada con música de Coldplay. Los jugadores, aunque no lo entienden muy bien, parece que les motiva.

Por otra parte, cuando la selección japonesa se retiraba a su vestuario, Oliver Attom se cruza en el túnel con Roberto Zedinho, su antiguo entrenador. Roberto se inclina y le dice al oído unas palabras a Oli que jamás olvidará: “que bonita estás con esa falda rosa”. Parece que Zedinho no ha superado sus problemas de alcoholemia; pero no importa, Oli sabe que tiene que ganar, por su padre, que lleva más tiempo en la mar que la Fosa de las Marianas.

Sin que de tiempo a mucho más comienza la segunda parte. Pone el balón en juego la Selección Japonesa. Jugadón de Dani Mellow por banda derecha; que es de esos jugadores que cae bien aunque sean del eterno rival; como Iniesta. Mientras todo el equipo de Japón ataca en tromba como suele ser habitual en ellos, un jugador local se ha quedado plantado en su campo. Se trata de Julian Ross; parece que su cardiopatía severa aguda congénita ha vuelto a reproducirse ¿quien se lo iba a imaginar? Este también podría hacerselo mirar. En fin, que Ross tiene que ser sustisuido por Rob Denton.

De repente Samuel Eto'o se marcha camino de vestuarios sin una explicación aparente y sin cambio de por medio. Al parecer ha recibido insultos racistas por parte de la grada. El colegiado intenta convencerle de que no abandone el terreno de juego mientras recoge todo lo acontecido en su acta. Al parecer la grada le ha gritado “negro”; y Eto'o señala que el no es negro, es azul marino, lo que pasa es que de lejos no se distingue bien. La verdad es que yo tengo un traje que le pasa lo mismo. Finalmente el bueno de Samuel recapacita y decide seguir corriendo como un negro para ganar pasta como un blanco.

En la jugada posterior Oli y Piqué pugnan un balón por alto y ,aunque Gerard le gana en centímetros, hay algo que el catalán no tiene, la capacidad de recordar toda su vida mientras salta. Este anecdótico pero significativo hecho hace que Attom sea capaz de ganar el salto y cabecear el esférico hacia su derecha. Mientras se rehace y se dispone a disparar descubre que su amigo Tom Baker ha tenido la misma feliz idea. Aún a riesgo de quedarse sin tibias deciden poner en practica su Tiro Combinado. El balón hace un extraño zig-zag en el aire y acaba colándose en la portería sin que el guardameta pueda hacer nada. Valdes, que el pobre no se ha visto en otra como esta, ahora comprende más que nunca a l bueno de Andoni Cedrún. El gol sube al marcador a pesar de que el arbitro no tiene muy claro a qué jugador anotárselo. 3 - 2 .

Messi decide que se han acabado las contemplaciones. Va a marcar el empate; porque el también tiene su orgullo y porque quiere hacer hat-trick y llevarse el balón, que además es Mikasa, y esos ya no se ven. Así que en la siguiente jugada, tras un barullo en el área y después de una serie de rechaces, Messi logra marcar con más suerte que otra cosa; porque no todos los goles iban a ser espectaculares (y porque me estoy cansando de escribir). 3 – 3 y mucha incertidumbre para los últimos minutos.

Corre ya el minuto 89 de juego cuando todo hace indicar que el partido acabará en empate y que nunca más podremos dilucidar cual será el mejor equipo de todos los tiempos. Es entonces cuando aparece el cerebro del Barça, Xavi Hernández, para sacarse de la manga un pase que dejaría solo a un hombre, un mito, una leyenda... Don Andrés Iniesta. El hombre de hielo, el hombre de los últimos minutos, logra batir a Warner para dar la victoria a su club junto antes del silbatazo final.

Es a partir de aquí cuando el Barça de Guardiola empezaría a escribir su nombre con letras de oro en la historia del fútbol mundial. Todo lo demás es leyenda.