Señores con bigote; les adoramos

Dicen que detrás de un gran mostacho siempre hay un gran hombre, y esa es la pura realidad. El bigote siempre ha sido símbolo de éxito. Desde tiempos inmemoriales los grandes bigotes han dirigido la historia humana. Jesús lo llevaba y convirtió el agua en vino; Atila lo llevaba y reinaba a los Hunos y a los otros; Gandhi lo llevaba y recuperó India de los ingleses (quizás Mariano recupere Gibraltar); y la teoría más popular acerca de la extinción de los dinosaurios habla de cuando decidieron afeitarse. Quizás este sea el hecho diferencial del magnetismo de los bigotes, de porqué nos atraen, nos embaucan. Sentimos predilección, simpatía por ellos. ¿Es el hombre el que hace al bigote o es el bigote el que hace al hombre? Repasemos los hombres que mejor han hecho lucir sus bigotes (o los bigotes que mejor han hecho lucir a los hombres).

Charles Bronson

Más duro que el turrón de alabastro

Porque ante todo el bigote es sinónimo de masculinidad, de hombría. Charles Bronson tenía el secreto debajo de su nariz para ser uno de los duros de Hollywood. Estaba claro que con ese bigotón (y esa cara de chinorris) no iba a salir en Mujercitas, Juno o alguna pastelada de esas; Charles tenía que ir pistola en mano matando mierdas por las calles de Brooklyn o por el lejano Oeste. A pesar de tener uno de los rostros más inexpugnables de la meca del cine (aunque a mí siempre me recordó a Bigote Arrocet, otro de los grandes) su alma se ablandará cuando reciba el Oscar honorifico a toda su carrera; aunque ya sabemos que la Academia siempre ha menospreciado a los bigotes.

Hulk Hogan

La bandera americana, el mejor método contra el estreñimiento

Porque el bigote siempre ha sido sinónimo de poderío, de fuerza. Hulk tenía el remedio para disimular su alopecia galopante, dejarse un bigote tan grande que eclipsara al mismísimo Terremoto Earthquake (valga la redundancia). Fue entonces cuando llegó a convertirse en un símbolo patrio, como el águila de cabeza blanca o el whopper; y la Hulkamania comenzó a llenar estadios y ser líder de ventas en merchandising. Fue entonces cuando críos imberbes empezaron a cortarse el pelo a lo monje franciscano para imitar a su ídolo sin conocer que el verdadero secreto de su éxito radicaba en la mata de pelo que nacía alrededor de su boca.

Mario Bros

Siempre mejor oir "la princesa está en otro castillo" que "te quiero como amigo"

Podía haber sido la típica historia de fontanero italiano y regordete que rescata princesas en un inframundo mágico; pero lo que no se imaginaban los creativos de Nintendo al dotar a Mario de un bigote para simplificar su rostro en la obsoleta estructura de 8 bits, es que estaban creando auna leyenda. ¿Llegó a ser el personaje más popular en el mundo de los videojuegos por la alta jugabilidad de los mismos o por la sonrisa bobalicona que se nos dibujaba en el rostro al imaginar subigote manchado con salsa de boletus?

Ron Jeremy

La viva imagen del erotismo

La famosa estrella del porno nunca fue buen actor, nunca tuvo un cuerpo escultural y nunca fue una cara bonita; ¿Cómo entonces se convirtió en una celebridad dentro de la industria del porno? Claramente por su tupido bigote (por eso y por un mandao de 30 centímetros). Porque el bigote es sinónimo de virilidad y fertilidad; y Jeremy sabía transmitir la ternura típica de los hombres con mostacho para contar bonitas historias de amor que enganchaban al espectador.

Sánchez Jara

La estampita de Sánchez Jara valía siete de Laudrup

¿Cómo uno de los laterales derechos más insulsos del fútbol español acaba recalando en un equipo de elite como el Barcelona? Johan Cruyff necesitaba a alguien para liderar su proyecto y el bigote de Jara era el complemento perfecto para un equipo que aspiraba a ganarla Copa de Europa. Por desgracia el bigote tenía más recorrido que el propio Jara y al final tan hermoso mostacho acabo diluido en el banquillo; aunque esa mata de pelo le quedaba tan bien a Jara que ya nadie más en la Liga tendría la osadía de imitarle.

En definitiva, el bigote luce y nos hace mejores personas. Desde Groucho Marx,que se lo tenía que pitar para tener gracia; hasta Frida Kahlo, que olvido los absurdos cánones de belleza femenina para dejarse un bigote y un entrecejo muy sexys; los bigotes han marcado el devenir de los tiempos. Si quieres dejar tu huella en la historia, tendrás que empezar por dejarte bigote.