
Yo siempre he pertenecido a una familia humilde, proletaria; no me duelen prendas en decirlo. No quiero que se me malinterprete, nunca hemos pasado hambre, pero si que es cierto que el menú, por cuestiones económicas, siempre recurría a lo mas barato del mercado. Que si patatas fritas, tortilla de patatas, guiso de patatas, patatas rellenas (de patata). Era tedioso; y el día que mi madre coció una patata y me la untó en un mollete para el recreo ya tuve que decir basta.